SMOKING
Aunque nunca lo ha confirmado oficialmente, Israel es considerado por expertos como el único país de Medio Oriente con armas nucleares, un arsenal que se remontaría a la década de 1960. Esta política de “ambigüedad deliberada”, conocida como amimut, ha sido clave en su estrategia de defensa: ni reconoce ni desmiente su capacidad atómica.
La reciente escalada con Irán, tras los ataques cruzados entre ambos países, ha vuelto a poner el foco sobre el programa nuclear israelí. Mientras Irán posee uranio enriquecido al 60 %, aún por debajo del umbral del 90 % necesario para fabricar una bomba, Israel nunca firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), lo que le permite evitar inspecciones internacionales obligatorias.
Lo que se conoce sobre su arsenal proviene de filtraciones, informes de inteligencia y testimonios como el del ingeniero Mordechai Vanunu, quien en 1986 reveló detalles del programa nuclear israelí y fue encarcelado por ello. Se estima que Israel podría poseer entre 80 y 90 ojivas nucleares, aunque algunas fuentes elevan esa cifra.
Según el físico Xavier Bohigas, esta opacidad ha sido una herramienta de disuasión: “Sabemos que tiene un programa nuclear y que puede utilizarlo, aunque no lo declare”. La comunidad internacional, en gran parte, ha tolerado esta postura, lo que genera críticas por el doble rasero aplicado frente a otros países como Irán.