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El Gobierno de Río de Janeiro confirmó este miércoles que la operación policial contra el narcotráfico en los complejos de Penha y Alemão dejó un saldo de 121 muertos, entre ellos 117 presuntos delincuentes y 4 policías. La cifra, considerada una de las más altas en la historia reciente de Brasil, ha generado conmoción nacional e internacional.
Mientras los vecinos continúan recuperando cuerpos en medio del miedo y la incertidumbre, organizaciones de derechos humanos han cuestionado el uso excesivo de la fuerza y la falta de protocolos humanitarios. El operativo, que involucró a más de 2.500 agentes, fue parte de una estrategia para desarticular el Comando Vermelho, uno de los grupos criminales más poderosos del país.
Este episodio reabre el debate sobre la militarización de la seguridad pública, el abandono estructural de las comunidades periféricas y la urgencia de políticas que combinen justicia con inclusión social. La violencia en las favelas no solo deja víctimas… también expone las fracturas profundas de un modelo que sigue sin resolver el conflicto de fondo.